Cuando me enteré de la posibilidad de correr en las Palmas de Gran Canarias, una sensación de miedo pero a la vez motivación extrema, invadió mi cuerpo. Llevaba varios meses desganado tras haber terminado el Ironman de Barcelona (10h 00min), no con muy buenas sensaciones y arrastrando una lesión en mi pie izquierdo a la que no le veía solución (Tunel tarsiano que afectaba a mi nervio piramidal con mucho dolor al andar y correr). Varias personas me ayudaron a reeducar y fortalecer esa musculatura, como Juan Carlos Blanco, gran profesional con su centro en San Fernando.
Este reto era algo totalmente salvaje pero a la vez increíblemente metódico, difícil y complicado el saber como tener la suficiente energía y preparar tal evento a conciencia. Ni por asomo fue un camino de rosas esa planificación....
Cuando lo comenté con mi familia, los comentarios fueron de todo menos bonito, pero los pobres están acostumbrados a semejantes barbaridades y desde el primer momento, apoyaron la idea.
Participar en esta carrera suponía un proceso previo de selección entre 100 participantes de todo el mundo con demostrada experiencia en carreras extremas de auto subsistencia. La verdad es que mi humilde experiencia en carreras por montañas no era superior a varios ultras y si varios Ironman y un Ultraman. Aunque es cierto que he sufrido en mis carnes el tener que usar goteros para poder continuar en carrera....
No me las veía todas conmigo pero cuando llegó el correo de confirmación de plaza, surgieron las dudas de como afrontar tal magnitud de carrera, que material llevar, hidratación, alimentación, descanso entre avituallamientos, etc, etc.
Lo primero que hice fue localizar a expertos de la materia e intentar pedirles consejo sobre carreras de Ultra Distancia. De este modo tuve un gran apoyo en Alex Fraguela, corredor afincado en las palmas, probador de material Salomon y de un gran Basilio Bravo, con nada más y nada menos 9 Transgrancanarias y miles de carreras en sus patas.
Con su ayuda, pude hacerme un croquis de lo que me esperaba durante los 265 km en recorrido circular por toda la isla de Las palmas de Gran Canaria e intenté cuadrar un esquema y estrategia de carrera.
A partir de ese momento busqué y rebusqué el material más ligero posible y obligatorio de una larga lista que exigía la organización. A la postre esto fue fundamental pues pude transportar todo en una mochila Salomon de 12 l Slab. Os puedo asegurar que las llagas en la espalda por sobrepeso de mis compañeros, eran descomunales y yo pude ahorrarme unos kilos que me supieron a gloria.
Otro aspecto a tener en cuenta era la cantidad de micro climas existentes en la isla dónde, podíamos pasar de los 30 grados en zonas bajas y al sur de la isla, hasta los 3-4 grados con sensación térmica de bajo cero en las cotas más altas y norte de la isla. Para ello conté con una chaqueta triple membrana Salomon Bonatti que cubrió 100% tanto las más de 10h de lluvia, frío y viento como una transpiración adecuada que evitó una importante deshidratación.
El resto de material lo iba consiguiendo de alguna página noruega o bien de marcas reconocidas como black diamond (bastones y frontal, modelo storm 250 lumens y aptonia de 100 lumens el de repuesto), Adidas Raven Boost (zapas), Mallas Hoko y cycle 360, camiseta Tactic, Cycle360, X-bionic, Vivagym, calcetines Kalenji básicos (los más buenos que he tenido por sólo 3,99€ dos pares), guantes sportful, medias compresport, camiseta térmica x-bionic, mallas largas raid-light, funda vivac termica marca noruega, botiquin página española, Camelback Btwim capacidad 2 L, etc)
Una vez confirmado el reconocimiento médico por parte de la organización, tocaba plantear la nutrición e hidratación para TITÁNICA prueba, aspecto fundamental para conseguir con éxito cruzar la meta.
Para ello conté con mi colaborador HIGH PRO NUTRITION (Jerez de la Frontera) y utilicé durante todos esos km el recuperador sabor limón y cola White Gold, Energy Suprem, pastillas de sales anti calambres (pude tomar unas 70-80 unidades correspondientes al total de horas que duró la prueba), barritas de avena flapjack de casi 500 kcal (sabor variado yoghurt, chocolate, fresa), y barritas de fruta desecada platano y manzana). Tan sólo utilicé 3 geles H20 durante los 280 km totales que hicimos. A esto debo añadir unas 6 unidades de croissant con nocilla o pavo y queso que tomaba en cada tramo de unos 40 a 60 km.
Tal vez resulte alarmante para algunos el tomar tan sólo 3 geles en toda la carrera. He podido comprobar una vez más que en este tipo de pruebas, prima la alimentación más natural y menos agresiva posible para el estómago. En cada uno de los 5 puntos de vida que tuvimos, km 39-98-150-195-230 y meta, comí todo tipo de alimentos sólidos y líquidos como fueron sopas, pasta, albondigas, arroz con pavo, algo de fruta, 2 donuts para desayunar, algunas onzas de chocolate, agua e isotónico, frutos secos.
En total se gastaron unas 30.000 kcal que se ha traducido en unos 3 kg perdidos de peso y de los cuales ha recuperado casi el 100% mi organismo. Casi todo es líquido y durante toda la prueba iba bebiendo agua tanto el los tramos de lluvia extrema como calor extremo. 3L eran obligatorio desde la salida.
He de decir que los calambres musculares nunca aparecieron incluso en los tramos más peligrosos de escalada o bajadas super técnicas. Tuvimos varios de ellos con muchas horas de subidas atravesando montañas casi verticales y bajadas por barrancos dónde la musculatura no falló en ningún momento. Los tobillos también aguantaron y tal vez hubo algún amago de esguince que afortunadamente sólo quedó en susto.
Otro aspecto a destacar dentro de los 4 días de carrera fue la gestión del sueño y el descanso en los puntos de vida. Nunca había corrido más de 30h seguidas y no había experimentado esa sensación de cansancio en ninguno de los entrenos realizados. La estrategia inicial consistió en intentar llegar al km 100 para una vez allí, dormir algo y continuar con la carrera. Afortunadamente nada más salir de Maspalomas, coincidí con Marcos, un gallego afincado en canarias hace ya 10 años y tras conversas con él, decidimos intentar ir juntos el máximo tiempo posible...graciassss por todas esas horas juntos crackkk.
De este modo llegamos al Garañón km 39 en unas 6h y 29 min, cómodos pero a un ritmo tal vez demasiado elevado. Tras comer tranquilos cambiarnos de ropa y abrigarnos para el duro tramo siguiente, Marcos me comenta que 2 amigos canarios quieren venir con nosotros y yo le digo que sin problemas que nada mejor que ir 4 personas ayudándonos en los malos momentos. Fue la decisión más acertada de toda la carrera. Desde ese momento fuimos Marcos, Yoni, Oliver y yo como una unidad indivisible hasta la meta.
He de mencionar a Sergi, compañero catalán que fue con nosotros hasta el km 100, dónde tras un descanso más rápido, continuo su carrera para entrar en 80h y 40 min....todo un carrerón Don Sergi...
Del km 39 al 100 tuvimos muchas horas de frío, lluvia, niebla. Situaciones complicadas y extremas por posibles caídas a precipicios que ni siquiera podíamos ver. La visibilidad era nula a escasos 10 cm. Subidas interminables, bajadas llenas de barro, piedras resbaladizas, ramas, agua, etc. Tras 19h y 26 min conseguimos llegar al km 100 dónde mi cuerpo iba muy cansado y los pies con 2 ampollas ya bastante jodidas dando guerra. He de decir que la chaqueta evito que entrara en hipotermia y mantuvo mi temperatura corporal.
Decidimos dormir 1h 30 min y continuar antes de que saliera el sol para poder sumar un día completo con horas de luz, los máximos km posibles. Tras dormir apenas 1h, me sentía increíblemente recuperado y las piernas apenas notaban el cansancio de esos 100km. Tome aparte de la comida 2 recuperadores y un ibuprofeno con arginina y esa la fue tónica a seguir en cada punto de vida. Aprendí que realmente la capacidad de resetear el sistema nervioso central, y no dormir más de 2 h seguidas, es la clave para seguir sumando km y km. Es increíble como algunos durmieron micro periodos de 15-30 min y seguían adelante. Una autentica pasada.
Del km 100 a 150 sufrimos lo indecible, atravesamos literalmente varias montañas casi de manera vertical con escalada a cuatro patas. Recuerdo horas y horas de subida por la zona de Tamadaba dónde tuvimos que parar varias veces para tomar aliento. Para mi fue una jornada muy dura y los pies poco a poco mermaban mi rendimiento. Cuando llegamos al punto de vida de Guía, el dolor de pies me impedía poder andar hasta las duchas, parecía un niño que acababa de aprender a andar. Mi familia y mi tío de Tenerife (que vino a verme expresamente por la prueba), flipaban por el estado físico en que llegamos a ese punto. Fueron sino recuerdo mal casi 13 horas para completar 50 km. Sólo quería que los pies no me ardieran pero eso fue imposible. Comimos, nos duchamos, vacié todas las ampollas que pude de mis pies y las reforcé con compeed y esparadrapo y decidimos dormir 1h para continuar de noche hacia el siguiente punto de vida.
El siguiente tramo cubrió del km 150 al 198 aproximadamente para llegar a la base de vida de Valsequillo. Este tramo estuvo caracterizado por largos descensos de barrancos llenos de zarzas, piedras resbaladizas, cañas, mucha vegetación y sobre todo por el sueño que poco a poco iba tumbando, literalmente, nuestro cuerpo. Varias caídas por parte de los 4 tuvieron presencia pero estas no fueron de mucha importancia. Fue significativo como una de las chicas (Penelope) cuando la pasamos, iba literalmente como un zombie, en modo automata, luego al paso de las horas, nos adelantaba como si hubiera empezado a correr y como José Porta (Portugues de 61 años) lo pasamos en varias ocasiones y en uno de los barrancos, lo encontramos sentado en una mesa con el frontal encendido y dormido, le preguntamos como se encontraba y comentó que estaba descansando. A las 5 horas después nos pasó y ya no volvimos a cogerlo. Este hombre llegó a meta el 9º en la general.
Había corrido 900 km en 13 días, cruzando la transpirenaica el sólo entre otras bestialidades que había completado en su vida. En una caída que tuvo, se clavó una piedra y se le incrustó en la palma de la mano. Mi padre le cortó parte de la piel y le puso puntos de aproximación y ni rechistó. Esta es la pasta que componía a esta superclase de personas. Ahí es cuando me doy cuenta de lo tierno que estamos y que aún nos queda mucho por endurecernos y mejorar.
Cuándo llegamos a la base de vida, estaba literalmente fundido por el sueño y el dolor de pies. Mi musculatura estaba perfecta pero el dolor de pies me estaba modificando la pisada y poco a poco, rodillas, tobillos, tendones y articulaciones, empezaban a molestar. Marcos y Yoni, llevaban ibuprofeno líquido y Reflex y de vez en cuando, parábamos para poder darnos una buena dosis anti-inflamatoria. De nuevo aquí, comida, ducha, curar los pies y apenas 1 h de sueño. El objetivo que al principio se veía tan lejos, era casi palpable....pobre iluso de mí.....
Del 198 al 235 más o menos, supuso una lucha brutal contra el sueño. 3 días ya sin dormir y el cuerpo empezó a intentar tumbarnos. Todos nos caímos varias veces y entonces es cuando empecé a tener miedo por el recorrido. Un golpe fuerte en el antebrazo me hizo pensar que algo tenía roto. Al final sólo fue la herida, y un hematoma que aún me dura, otra caída de espaldas me machacó la zona lumbar, con la suerte que la mochila amortiguó el golpe. Oliver se cayó de frente y se dio en la nariz. Marcos y Yoni tropezaban continuamente. La estrategia a seguir fue colocarnos en fila tanto en las subidas y en las bajadas para, evitar cuando alguno pegábamos un bandazo, caernos. De este modo fuimos rotando de delante a detrás para ir marcando el ritmo y poder controlar las caídas. Fue una autentica batalla el llegar al siguiente punto de vida con casi 12-13 h horas para unos 40 km. En ese momento sabíamos que sólo restaba luchar contra los últimos 30 km y seriamos Finisher de esta aventura. La llegada a Santa Lucía fue en condiciones de dolor muy duras. Tenía los pies muy machacados y el andar me resultaba complicado. Allí estaba mi familia feliz porque sabía, que ya nada me detendría para cubrir el último tramo de 30 km. Esta vez no hubo ducha, sólo comida rápida, dormir 1 h y recomponerme los pies del mejor modo posible. Oliver y mi padre hicieron un gran trabajo y esta vez, el dolor fue lo suficientemente soportable como para poder trotar.
El último tramo que a priori iba a ser favorable, o eso nos dijo una chica del punto de vida, fue una autentica trampa dónde tuvimos que cruzar literalmente una montaña, llegando a escalar con cuerdas en algunos tramos muy técnicos. Yoni se desesperaba, maldiciendo a la esa chica que nos tomó el pelo, pero increíblemente, las ganas que teníamos de llegar a meta, nos hicieron volar. Empezamos a pasar a corredores totalmente fundidos y una vez atravesada la zona técnica, corrimos como pudimos para ir acercándonos hacia Maspalomas. Recuerdo como vimos a Penelope caerse de cabeza en un tramo técnico a unos 300m nuestra y al poco tiempo, acercarse casi a nuestro lado.....de otro planeta, pensamosss.
Aunque la bajada era muy técnica con piedras sueltas y cortantes, el ritmo llevado fue bastante alegre hasta que llegado un momento, Oliver se distanció y ya no lo volvimos a ver hasta la meta. El sueño y las ganas de llegar, le hicieron volar. Así pues, Marcos, Yoni y yo, fuimos cubriendo los km hasta que entramos en la playa y nos ocurrió algo muy curioso. Pablo Criado, profesional que llegó la noche antes, se puso a nuestro lado ya que estaba andando por la playa y nos dijo que cuanto habíamos tardado en ese tramo. Hicimos unas 5h15 min y el tardó unas 8h sufriendo lo indecible y viendo como el helicoptero, rescataba a uno de los profesionales Francés. Nos dijo como huevosss habíamos podido ir tan rápido y eso nos lleno de orgullo.
Una vez en la zona de meta, las lagrimas invadieron nuestros ojos....4 días corriendo, andando, arrastrándonos, sufriendo, golpeándonos, con sueño, con frío, con calor, con lluvia, con hambre, con risas, con miedo y con algo muy grande en nuestras piernas y corazón: SIENDO FINISHER DE LA CARRERA MÁS LOCA Y SALVAJE DE MI VIDA.
Fue y será inolvidable el momento en que cruzamos los 4 juntos esa meta y como nos recibió nuestra gente. Para ellos, fuimos héroes, para nosotros: unos locos que tuvieron la suficiente fuerza de cumplir una bonita aventura.
Gracias, gracias y gracias a tod@s los que estuvieron pendientes de mi durante estos días, a mi familia por aguantar y sufrir cada una de esas 81 h y 29 min que duró la prueba y a mis "hermanos y angeles de la guarda" durante toda la prueba: MARCOS, YONI Y OLIVER. Sois los mejores. Con vosotros al fin del mundo...
¿Cómo se prepara esta prueba?. Es difícil aplicar un único método de entrenamiento. Hay gente que hace tiradas de 12h y les va bien, otros acumulan tiradas cortas pero con mucho desnivel. En mi caso no hice más de 40 km pero si intenté siempre entrenar por terreno de subida y bajada. Otro aspecto crucial es el trabajo de fortalecimiento físico a nivel articular y tendinoso. Este apartado lo dejé algo de lado pero afortunadamente tengo buena musculatura y gracias a ello, pude soportar todos esos km. Sin embargo hay algo que para mí, es determinante en este tipo de carreras: la capacidad de sufrimiento y el conocimiento personal de tus posibilidades. Es cierto que cada uno de los que nos presentamos allí, tiene algo especial y eso sale de dentro cuando estás en situaciones límites.
Seguimos intentando superarnos día a día, año tras año pero siempre con ilusión y metas motivantes. Nos vemos en el camino compañer@s
Del km 100 a 150 sufrimos lo indecible, atravesamos literalmente varias montañas casi de manera vertical con escalada a cuatro patas. Recuerdo horas y horas de subida por la zona de Tamadaba dónde tuvimos que parar varias veces para tomar aliento. Para mi fue una jornada muy dura y los pies poco a poco mermaban mi rendimiento. Cuando llegamos al punto de vida de Guía, el dolor de pies me impedía poder andar hasta las duchas, parecía un niño que acababa de aprender a andar. Mi familia y mi tío de Tenerife (que vino a verme expresamente por la prueba), flipaban por el estado físico en que llegamos a ese punto. Fueron sino recuerdo mal casi 13 horas para completar 50 km. Sólo quería que los pies no me ardieran pero eso fue imposible. Comimos, nos duchamos, vacié todas las ampollas que pude de mis pies y las reforcé con compeed y esparadrapo y decidimos dormir 1h para continuar de noche hacia el siguiente punto de vida.
El siguiente tramo cubrió del km 150 al 198 aproximadamente para llegar a la base de vida de Valsequillo. Este tramo estuvo caracterizado por largos descensos de barrancos llenos de zarzas, piedras resbaladizas, cañas, mucha vegetación y sobre todo por el sueño que poco a poco iba tumbando, literalmente, nuestro cuerpo. Varias caídas por parte de los 4 tuvieron presencia pero estas no fueron de mucha importancia. Fue significativo como una de las chicas (Penelope) cuando la pasamos, iba literalmente como un zombie, en modo automata, luego al paso de las horas, nos adelantaba como si hubiera empezado a correr y como José Porta (Portugues de 61 años) lo pasamos en varias ocasiones y en uno de los barrancos, lo encontramos sentado en una mesa con el frontal encendido y dormido, le preguntamos como se encontraba y comentó que estaba descansando. A las 5 horas después nos pasó y ya no volvimos a cogerlo. Este hombre llegó a meta el 9º en la general.
Había corrido 900 km en 13 días, cruzando la transpirenaica el sólo entre otras bestialidades que había completado en su vida. En una caída que tuvo, se clavó una piedra y se le incrustó en la palma de la mano. Mi padre le cortó parte de la piel y le puso puntos de aproximación y ni rechistó. Esta es la pasta que componía a esta superclase de personas. Ahí es cuando me doy cuenta de lo tierno que estamos y que aún nos queda mucho por endurecernos y mejorar.
Cuándo llegamos a la base de vida, estaba literalmente fundido por el sueño y el dolor de pies. Mi musculatura estaba perfecta pero el dolor de pies me estaba modificando la pisada y poco a poco, rodillas, tobillos, tendones y articulaciones, empezaban a molestar. Marcos y Yoni, llevaban ibuprofeno líquido y Reflex y de vez en cuando, parábamos para poder darnos una buena dosis anti-inflamatoria. De nuevo aquí, comida, ducha, curar los pies y apenas 1 h de sueño. El objetivo que al principio se veía tan lejos, era casi palpable....pobre iluso de mí.....
Del 198 al 235 más o menos, supuso una lucha brutal contra el sueño. 3 días ya sin dormir y el cuerpo empezó a intentar tumbarnos. Todos nos caímos varias veces y entonces es cuando empecé a tener miedo por el recorrido. Un golpe fuerte en el antebrazo me hizo pensar que algo tenía roto. Al final sólo fue la herida, y un hematoma que aún me dura, otra caída de espaldas me machacó la zona lumbar, con la suerte que la mochila amortiguó el golpe. Oliver se cayó de frente y se dio en la nariz. Marcos y Yoni tropezaban continuamente. La estrategia a seguir fue colocarnos en fila tanto en las subidas y en las bajadas para, evitar cuando alguno pegábamos un bandazo, caernos. De este modo fuimos rotando de delante a detrás para ir marcando el ritmo y poder controlar las caídas. Fue una autentica batalla el llegar al siguiente punto de vida con casi 12-13 h horas para unos 40 km. En ese momento sabíamos que sólo restaba luchar contra los últimos 30 km y seriamos Finisher de esta aventura. La llegada a Santa Lucía fue en condiciones de dolor muy duras. Tenía los pies muy machacados y el andar me resultaba complicado. Allí estaba mi familia feliz porque sabía, que ya nada me detendría para cubrir el último tramo de 30 km. Esta vez no hubo ducha, sólo comida rápida, dormir 1 h y recomponerme los pies del mejor modo posible. Oliver y mi padre hicieron un gran trabajo y esta vez, el dolor fue lo suficientemente soportable como para poder trotar.
El último tramo que a priori iba a ser favorable, o eso nos dijo una chica del punto de vida, fue una autentica trampa dónde tuvimos que cruzar literalmente una montaña, llegando a escalar con cuerdas en algunos tramos muy técnicos. Yoni se desesperaba, maldiciendo a la esa chica que nos tomó el pelo, pero increíblemente, las ganas que teníamos de llegar a meta, nos hicieron volar. Empezamos a pasar a corredores totalmente fundidos y una vez atravesada la zona técnica, corrimos como pudimos para ir acercándonos hacia Maspalomas. Recuerdo como vimos a Penelope caerse de cabeza en un tramo técnico a unos 300m nuestra y al poco tiempo, acercarse casi a nuestro lado.....de otro planeta, pensamosss.
Aunque la bajada era muy técnica con piedras sueltas y cortantes, el ritmo llevado fue bastante alegre hasta que llegado un momento, Oliver se distanció y ya no lo volvimos a ver hasta la meta. El sueño y las ganas de llegar, le hicieron volar. Así pues, Marcos, Yoni y yo, fuimos cubriendo los km hasta que entramos en la playa y nos ocurrió algo muy curioso. Pablo Criado, profesional que llegó la noche antes, se puso a nuestro lado ya que estaba andando por la playa y nos dijo que cuanto habíamos tardado en ese tramo. Hicimos unas 5h15 min y el tardó unas 8h sufriendo lo indecible y viendo como el helicoptero, rescataba a uno de los profesionales Francés. Nos dijo como huevosss habíamos podido ir tan rápido y eso nos lleno de orgullo.
Una vez en la zona de meta, las lagrimas invadieron nuestros ojos....4 días corriendo, andando, arrastrándonos, sufriendo, golpeándonos, con sueño, con frío, con calor, con lluvia, con hambre, con risas, con miedo y con algo muy grande en nuestras piernas y corazón: SIENDO FINISHER DE LA CARRERA MÁS LOCA Y SALVAJE DE MI VIDA.
Fue y será inolvidable el momento en que cruzamos los 4 juntos esa meta y como nos recibió nuestra gente. Para ellos, fuimos héroes, para nosotros: unos locos que tuvieron la suficiente fuerza de cumplir una bonita aventura.
Gracias, gracias y gracias a tod@s los que estuvieron pendientes de mi durante estos días, a mi familia por aguantar y sufrir cada una de esas 81 h y 29 min que duró la prueba y a mis "hermanos y angeles de la guarda" durante toda la prueba: MARCOS, YONI Y OLIVER. Sois los mejores. Con vosotros al fin del mundo...
¿Cómo se prepara esta prueba?. Es difícil aplicar un único método de entrenamiento. Hay gente que hace tiradas de 12h y les va bien, otros acumulan tiradas cortas pero con mucho desnivel. En mi caso no hice más de 40 km pero si intenté siempre entrenar por terreno de subida y bajada. Otro aspecto crucial es el trabajo de fortalecimiento físico a nivel articular y tendinoso. Este apartado lo dejé algo de lado pero afortunadamente tengo buena musculatura y gracias a ello, pude soportar todos esos km. Sin embargo hay algo que para mí, es determinante en este tipo de carreras: la capacidad de sufrimiento y el conocimiento personal de tus posibilidades. Es cierto que cada uno de los que nos presentamos allí, tiene algo especial y eso sale de dentro cuando estás en situaciones límites.
Seguimos intentando superarnos día a día, año tras año pero siempre con ilusión y metas motivantes. Nos vemos en el camino compañer@s