Después de leer varios blogs de compañeros de la provincia. Analizo las crónicas de su participación en la maratón de Sevilla y pienso si realmente mereció la pena el sufrir como yo lo hice a partir del km 28. La respuesta es sencilla como bien me conoceis: SI.
Yo nunca me he considerado un buen triatleta ni mucho menos un buen corredor, que es precisamente donde más me queda por entrenar y mejorar. Pero sin embargo si soy un gran amante de este deporte y sobre todo un gran sufridor y cabezón.
Es cierto que año tras año mi cuerpo, soporta más el dolor y las exigencias de las competiciones, pero tan bien es cierto que cada año aprendo cosas nuevas sobre los errores que cometo y espero que cuando ya sea muy mayor y tenga muchas derrotas en mi cuerpo, aprenda de ellos. Ahora va la crónica.....
Tras 3 semanas de practicamente inactividad física, nos plantamos el viernes en Córdoba mi querida Mamen y yo con 4 parejas más (compañeros de la facultad de Murcia). 1 frío de 2 pares con nevada incluida nos acompaña el viernes y parte del sábado. Menos mal que las múltiples estufas nos sirvieron para no congelarnos.
4 horas dormimos el viernes y 2 horas el sábado. A las 3 conseguimos conciliar el sueño despúes del gran concierto dado por mis compañeros con el juego singstar de la Playstation. Y a las 5:10 am ya estabamos en pie Mamen y yo para tirar dirección a Sevilla. -3ºC, cristales congelados, agua caliente para derretir el hielo y a zumbar que llegamos tarde. Sobre las 8:10 estabamos en el estadio olímpico de la Cartuja y como siempre, no encuentro a nadie.
Beso de despedida a Mamen, y para dentro a cambiarme y soltar la mochila. Me cruzo con Salva del club Alcanatif suelto la mochila y tiro para la pista. Evacuo en el baño y localizo el globo de las 3 horas.
La intención era sencilla, aguantar en el globo hasta que mi cuerpo dijera basta, y así fue. Salida fugaz, donde los 2 atletas que llevaban el globo salieron a muerte, conseguimos pillarlos y ya desde ese momento, los 100 tios más o menos que ibamos en el grupo, fuimos guiados como borregos. km tras km vamos clavando los tiempos. Es increible como se te pasan los 10 primeros km y casi ni los notas (paso en 42:10 bastante cómodo)
Cada 5km me tomo un gel y por ahora mi cuerpo aguanta el ritmo con alguna ligera molestia de los tendones de aquiles (las zapatillas las tengo para tirarlas). Llegamos al 15 y por ahora voy bien pero las piernas empiezan a notar cansancio. Miro el crono y vamos a pasar la media algo colados y eso significa que las liebres se van a poner a tirar tras los primeros 21 km.
Asi pues, la media la pasamos el gran grupo en 1 hora y 29 minutos (1 minuto más tarde que el año pasado) y como si yo mismo los hubiera parido, las liebres comienzan a tirar para recuperar tiempo. Aguanto en el grupo hasta el km 28 y es entonces cuando mi cuerpo dice, hasta aquí llegaste campeón, te toca comerte el resto solito. Mi ritmo decae pero mi mente me dice que ni hablar. Soy consciente de que las 3 horas un año más se me quedarán lejos pero como buen sufridor, tengo que llegar a la meta.
Ahora empieza mi lucha particular con el crono y cuando llego a la Avenida de las Palmeras, veo como el globo empieza a distanciarse y el grupo a desaparecer (es un momento duro que he aprendido a separar en carrera). Me planteo bajar de las 3 horas y 10 minutos y creo que con cabeza lo podré conseguir. Me tomo otro gel, bajo el ritmo y poco a poco mis piernas bloqueadas vuelven a funcionar.
Me pasa Merchan con un grupo al que le lleva el ritmo, se me viene a la cabeza que este tío siendo de distancia olímpica, podría perfectamente cascarse 2 horas y 30 minutos y menos en una maratón.
Llego a Triana y es entonces cuando el sufrimiento acumulado en mi cuerpo de estos años, da la cara, empiezo a coger a cadaveres que se van quedando del globo de las 3 horas. Llego a Torneo y veo a Carlos del Puerto que me anima, tan sólo me quedan 4 km y veo que el bajar de 3:10 es factible. Poco a poco me voy acercando al estadio y cuando entro en la pista pienso de nuevo que lo he conseguido. Mi niña me espera con la gente del club, los escucho gritarme y se me ponen los vellos de punta.
Soy un cabronazo por no entrenar lo que debo pero lo has vuelto a conseguir porque con sufrimiento y dolor has llegado a la linea de meta, pienso.
Hoy lunes voy cojo del pie izquierdo y creo que tengo inflamado un tendón. Esfuerzo innecesario???. No lo creo porque llegará un año que aun con poco entrenamiento, mi cuerpo recordará lo que sufrío en otras ocasiones.
Enhorabuena a todos los que participaron y llegaron a la meta. A Fran de mi club por esas 2 horas y 56 minutos y a todos los demás porque ellos si que han sabido preparar como se debe una maratón. Trisaludos y el año que viene más y mejor, espero.