Suena el despertador, es muy temprano aun y hemos dormido poco. El día anterior 9 horas de trabajo o un viaje interminable pesan enormemente pero las ganas, la pasión, la adrenalina y la esencia de lo que nos gusta, nos obliga una vez más a estar en esa linea de salida.
Saludamos a las ya muchas caras conocidas. Nos abrazamos emotivamente y nos deseamos toda la suerte del mundo.
El nerviosismo invade nuestro cuerpo antes del pistoletazo de salida.
Estamos cansados pero todo lo que llevamos dentro, todos los años de no sueño, frío, calor, lesiones, horas robadas a la familia....salen a relucir y nuestro organismo se transforma en una máquina perfecta sincronizada para dar lo mejor de si mismo.
Entramos en ese mundo que nos vuelve locos, nos tiene comido el seso, pero es imposible de abandonar. La competición se adueña de nosotros y ya tratamos de llegar lo antes posible a la linea de meta.
Muchos errores se vuelven a cometer, mucho esfuerzo por cruzar esa línea, pero muchas ganas de volver a estar en esa salida.....
Una vez más y todas las que hagan falta....